Convergiendo TAMBIÉN con los menos mediáticos

'El 9 de octubre se presentó [...] Alianza Popular (AP) que presidía y pilotaba Fraga secundado por media docena de ex ministros franquistas [...y] como figura estelar para el Senado por Madrid a Carlos Arias Navarro [...]. Y con tal cartel y el engrase financiero del Banesto y del Santander, se postulaban como "la gran coalición de centro". [...] el Gobierno llegó a un posible acuerdo con el grupo AP: sistema mayoritario para el Senado y proporcional para el Congreso con unos dispositivos correctores que favorecerían a las fuerzas hegemónicas y triturarían a los pequeños partidos. Otro caramelo para Fraga fue dar a cada provincia dos escaños fijos de partida' ("La gran desmemoria. Lo que Suárez olvidó y el Rey prefiere no recordar", Pilar Urbano).

Cartel electoral del PP solapando al del PACMA en C/ Manzanedo
Así, los 101.557 votos que en las últimas elecciones generales consiguió el PACMA en todo el así forjado Reino de España, suficientes para un escaño en el Congreso, sirvieron para que algún enchaquetad@ del bipartidismo se esté dedicando durante cuatro años a votar lo que le dicen que vote -aun prohibiendo la Constitución la sujeción de los diputados a mandato imperativo-, merced a ese pacto con Fraga convertido en "legalidad" constitucional.

En las europeas ya fueron 176.237 (el 1.12%), no muy lejos del 1.91% del más mediático Equo, al que superó, y también a todos los regionalistas extremeños -que tienen dos diputados autonómicos-, en la provincia de Badajoz y en Don Benito. Números éstos que se suman a las razones ideológicas por las que los animalistas deben ser tenidos en cuenta en toda convergencia de la izquierda. 

Por eso, el que la incansable demanda del PACMA para suprimir el vergonzoso lanceo del toro en Tordesillas haya sido llevada al Parlamento por la Izquierda Plural es doblemente positivo. 

Y, por cierto, en el libro arriba referido, que la Casa Real quiso impedir, se pone en boca de de Santiago Carrillo, cuando esa "legalidad" era otra: 'señor Suárez, no aceptaremos un trato discriminatorio, habiendo sido el partido que más ha luchado por la democracia. Nadie en Europa creerá en un auténtico cambio democrático si los comunistas quedamos marginados, prohibidos [. ...] montaríamos nuestras mesas con urnas y papeletas del PCE a las puertas de todos los colegios electorales. Ahí se verían nuestros votos y nuestra penetración política y social. Además, convocaríamos a la prensa y a la televisión de toda Europa para denunciar el fiasco'... Y los argumentos democráticos cambiaron esa "legalidad". 

Con el devenir de los años, las leyes se han cambiado incluso sin legitimación, como hiciera José Luis Quintana para meter el hormigón en Valdecañas, por ejemplo. Así que menos ley y más "habla, pueblo, habla".

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