"Hace dos días", cuenta hoy Aníbal Malvar en Público.es, "fue llamada a declarar en un cuartel, por orden de la Audiencia Nacional, acusada de difundir tuits violentos y casi asesinos [...] Almudena Montero –escritora, periodista y guionista–, se quedó un tanto estupefacta cuando la acusación le mostró el cuerpo del delito. [...] citas textuales del filósofo marxista Antonio Gramsci [...]. Que te enchirone una dictadura letrada por citar a Gramsci aun resulta llevadero. Te llevas al talego el consuelo de que tus captores han leído algo. La represión iletrada es más dolorosa. Y más represión. Una justicia ignorante es una lotería. Y, casualmente, el gordo suele tocarnos siempre a los mismos. La cultura no da la libertad cuando tus jueces carecen de letras. Más bien todo lo contrario. La justicia española siempre ha sido muy pintoresca. Mantenemos en la legalidad y en las urnas a una Falange Española que anda un día sí y otro también llamando a la asonada militar en sus páginas web, permitimos a ex ministros como Mayor Oreja hacer apología del fascismo franquista en los medios (“era una situación de extraordinaria placidez”), indultamos a confesos torturadores por ser mossos d´esquadra [...] ¿Cuántos policías tiene el Estado dentro de una covacha, pegados al ordenador, para identificar y capturar con esta soltura a los lectores de Gramsci? ¿Cuánto nos cuesta eso? Gramsci, creo yo, nos está saliendo carísimo. Mejor que prohíban sus libros, los quemamos en las plazas y acabamos antes, señores. Total, yo atisbo que vamos camino de otra “situación de extraordinaria placidez”, y la extraordinaria placidez es muy de quemar libros. [...] Ante una multa azarosa que nos costará más recurrir que pagar. Ante un fraude bancario que hace pasar por caja a los que no tienen ni cuenta en el banco."
Tras militar desde 1912 en el Partido Socialista Italiano (adscrito a la Internacional Comunista en 1919), Antonio Gramsci intervino en la fundación del Partido Comunista Italiano en 1921, ilegalizado en 1926 tras ganar Benito Mussolini dos años antes las elecciones. Murió en abril de 1937 tras 10 años en unas cárceles fascistas que lo retuvieron incluso con la libertad ya concedida por un juez.
La represión, en este caso en España y ahora, contra la libertad de expresión criminalizando la protesta social tiene recientes antecedentes contra el 15M, el 25S, las protestas estudiantiles, con la campaña de acoso mediático e institucional contra Rafael González, o, tan sólo año y medio atrás, la violencia policial contra los manifestantes laicos en la visita papal, como denunciamos aquí.
Tras militar desde 1912 en el Partido Socialista Italiano (adscrito a la Internacional Comunista en 1919), Antonio Gramsci intervino en la fundación del Partido Comunista Italiano en 1921, ilegalizado en 1926 tras ganar Benito Mussolini dos años antes las elecciones. Murió en abril de 1937 tras 10 años en unas cárceles fascistas que lo retuvieron incluso con la libertad ya concedida por un juez.
La represión, en este caso en España y ahora, contra la libertad de expresión criminalizando la protesta social tiene recientes antecedentes contra el 15M, el 25S, las protestas estudiantiles, con la campaña de acoso mediático e institucional contra Rafael González, o, tan sólo año y medio atrás, la violencia policial contra los manifestantes laicos en la visita papal, como denunciamos aquí.
Para dar a conocer la obra de Antonio Gramsci y que así cualquier asistente pueda juzgar si se trata de ”apología de la violencia”, el próximo viernes 11 de enero, la UJCE Don Benito ha organizado a las 18:00 horas en el Centro Educativo Municipal de Don Benito una lectura pública comentada de sus textos.
En la propia Biblioteca Municipal de Don Benito se encuentra el volumen "Gramsci: una perspectiva sistemática", que también se puede adquirir aquí.
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