Acaba de cursarse el pago a Barack Obama por su afirmación del 15 de septiembre de que estaba "profundamente comprometido" en mantener una relación "con una España fuerte y unida", tras las gestiones de Felipe Borbón para dar munición a los nacionalistas españoles en plena campaña electoral catalana. El rey también arrancó del presidente estadounidense la alusión a la
recuperación económica de España tras la "brutal recesión". Y por si no había quedado claro, el monarca reafirmó entonces que los dos países comparten valores
como la democracia y la unidad.
Y, como todo esto hay que pagarlo -al fin y al cabo, lo mismo pero a la inversa intercedía el otro rey que seguimos teniendo ante sistemas poco democráticos, para beneficio de grandes empresas españolas con dinero en paraísos fiscales-, ya entonces daba Obama a entender cómo íbamos a realizarle el pago por sus servicios prestados, cuando afirmó que había expresado al rey su "gran agradecimiento" por la cooperación bilateral en defensa.
Se descartaba la otra opción que barajaba Morenés -que ya son ganas de barajar-, el israelí Heron TP, cuando poco después de la visita del secretario de Defensa de Estados Unidos, Ash
Carter, a su homólogo, Pedro Morenés, el Departamento de Estado de Estados Unidos aprobaba la venta a España, a solicitud de nuestro país, de cuatro drones MQ-9 Reaper Block 5 (por ejemplo, para operaciones de vigilancia fronteriza y apoyo a tropas de Tierra sin armamento) y apoyo logístico durante al menos dos años por 243 millones de dólares.
El presupuesto de Defensa para 2016 ya incluía una partida de 25 millones para el programa de adquisición del sistema aéreo no tripulado (RPAS), que, según el plan plurianual de inversiones que lo acompaña, costará 171 millones en los próximos 5 años. Seguro que esa parte del presupuesto sí que se cumple. Ya se encargará el PSOE (con apoyos -igual por eso otros quieren ir solos-) de que nos mantengamos en el top ten del comercio mundial de armas.
Comentarios